Para hablar de vino natural podemos empezar hablando de qué es el vino.
El vino es jugo de uva fermentado. El azúcar presente en ese jugo de fruta fermenta gracias a las levaduras generando alcohol, energía y gas, entre otras cosas. Esta es la manera en la cual se hizo vino siempre, desde que alguien descubrió que esa bebida no solo era deliciosa sino que daba una sensación especial.
Para poder determinar si un vino es natural o no, es fundamental que los viñedos sean trabajados con agriculturas sustentables y conscientes. ¿Por qué? Primero, para conservar y proteger la vida sana de la tierra y segundo, para que sus levaduras nativas (adheridas a la piel de la uva y de muchas otras frutas, como una capa de cera blanca) se conserven sanas y fuertes, y así poder acompañar su fermentación para que se dé de manera espontánea.
Es natural porque no se lo adapta a lo que “debería ser'' sino que se lo acompaña a lo que es, un ciclo de transformación que modifica y prolonga la vida, dando sabores que para muchos son nuevos y sorprenden, y se sienten diferentes. Sus aromas y sabores suelen ser vibrantes, expresivos, con tipicidades claras de cada varietal. Quienes los bebemos, gozamos de sentir buena acidez, menos alcohol y de la hermosa turbidez llena de sabor, porque muchas veces no se filtran ni clarifican. Pueden, y es esperable, que tengan sedimentos y algo de gas carbónico, hasta algo de “brillo”, por sus sales tartárica. Pero estas características no son más que un sello genuino de su naturalidad.
Quienes lo elaboran no intentan imitar estilos ni seguir recetas, lo que no quita que sean personas sumamente interesadas por aprender desde
un lugar más sensible para llegar a resultados tanto o más interesantes y complejos que un vino estandarizado. Esa búsqueda está alineada con una filosofía de vida que busca volver a las raíces en comunión con el todo, en prestar atención, respetando los ciclos vitales. Por eso no hay certificaciones oficiales, porque más que una categoría es un movimiento, una ideología que cada productor adapta a su realidad para lograr un vino lo más puro
y expresivo posible sin valerse de agregados.
El vino natural es alimento, ¡y está vivo!
¡Salud!